El port-a-¿qué?

Hoy quería hablaros sobre el famoso port-a-cath, un artilugio que facilita la vida de las personas enfermas de cancer que, como yo, tienen que seguir un tratamiento de quimioterapia.

El aparatito en cuestión

¿Qué es?

El port-a-¿qué? – yo me quedé igual cuando el médico me dijo que me lo iban a instalar- es ni más ni menos que un catéter conectado a una vena. La gran diferencia con un catéter tradicional- y a la vez la que da más “cosilla”- es que en lugar de llevarlo en la mano, antebrazo o codo, este aparatito se instala bajo la piel y va directamente a la vena cava superior.

Esquema de la instalación del port-a-cath

¿Para qué sirve?

La misión de este aparatito es evitar que me destrocen las venas de los brazos con todos los ciclos de quimioterapia y análisis que me van a hacer. Su reservorio, que queda a un lado del pecho, puede ser pinchado para inyectar algo o para extraer sangre, y como queda bajo la piel ¡casi no se siente nada! Sólo en 2 semanas me habían llegado a pinchar 8 veces para hacerme extracciones de sangre entre Suiza y España…

¿Cómo se instala?

Mi botoncito de On/Off. Si me lo tocas no me responsabilizo si mi mano se dispara más rápidamente que ante la palabra “cara-anchoa” xD

Pues muy fácilmente: en una cirugía ambulatoria con anestesia local y la ayuda de laparoscopia. Antes de empezar, el cirujano me dijo que ellos usan referencias anatómicas para emplazar el port-a-cath, por lo que no debería haber ningún problema si mis venas estaban en el lugar correcto, jejeje. Al principio lo único que notas es una especie de escozor de la anestesia, luego tuve una sensación más rara que ahora os explicaré. Mientras el cirujano me estaba poniendo el catéter tuve una especie de angustia dentro de mí que intenté transmitirle. Posteriormente, éste me dijo que al instalarlo se tiene que ir un poco más profundo de la posición final, y puede ser que toque la pared cardíaca. Entonces, cuando le pregunté por la longitud del artilugio -yo no había mirado nada antes de la intervención para evitar pensar demasiado-, y me respondió que sobre unos 20 cm, se me quedaron los ojos como platos. Así que ahora ya sé lo que siente cuando algo te toca literalmente el corazón: ¡una palpitación!

 

¿Algo más?

A las dos semanas de la intervención te retiran los puntos de sutura. A partir de ahí, el port-a-cath será tu amigo inseparable durante los años que dure el tratamiento y alguno que otro más. Cada dos meses tendrá que pasar una especie de revisión -la ITV- para comprobar que no haya coagulado, sino lo tendrían que reemplazar :S