Tercer asalto – 50%

¡Hola a tod@s! ¿Qué tal? Yo muy contento de escribiros hoy, pues casi ya he superado el ecuador de la primera parte del tratamiento. Hoy os voy a explicar cómo funciona el primer día de cada ciclo de tratamiento, para que veáis que fácil, lo que se dice fácil, no es.

La mayoría de pacientes oncológicos, a la hora de recibir la quimioterapia, pueden hacerlo en el hospital de día y pasar la noche en sus casas, pero yo no puedo hacer eso. Mi caso es un poco particular porque cada sesión de un ciclo de quimio dura como unas 12h. En fin, creo que merece la pena exponeros esta situación, así que… ¡ahí va!

Lunes 30 de Enero, día 75. El día comienza bien temprano, aunque los que me conocen ya saben que es0 no es problema alguno para mí. A las 7:30 aproximadamente, me presento en el ICO para mi analítica “trisemanal”. Me pinchan en el brazo y me extraen unos tres tubos. Además me piden una muestra de orina y una vez hecho eso nos vamos a desayunar a la cantina del ICO. La hora de la visita del médico oscila entre las 11h y las 13h, pero como tenemos que esperar los resultados de las analíticas, nos quedamos ya por allí haciendo tiempo.

Una vez que me visita el médico, si los resultados son los adecuados, se me procede a ingresar ese mismo día, los lunes. Sin embargo, este ingreso no se realiza antes de las 16h, con lo que el tratamiento, entre pitos y flautas, no empieza hasta las 18h. Si os ponéis a contar, si cada sesión del ciclo dura 12h y empiezo a las 18h de la tarde, eso significa que hasta las 6 de mañana del día siguiente no me dejan tranquilo. Y luego claro, todos los ciclos consecutivos se quedan desfasados, con lo que pillo cacho todas las noches e incluso me tengo que quedar una noche extra en el hospital.

Pues esta vez quise cambiar algo para ver si podía mejorar, así que le comenté una semana antes a mi médico si podíamos tener la visita el lunes 30 y, si todo estaba correcto, ingresar al día siguiente. De ese modo pretendía empezar la sesión por la mañana, y no acabar a horas tan intempestivas. Aunque he de reconocer que el tiro me salió por la culata, porque el lunes me volví a casa, pero el martes no me ingresaron hasta las 16h…

Pitan y pitan y no paran de pitar, las bombas infusoras por la noche mucho por c*** dan XD

No pude hacer gran cosa, ya que no se me puede ingresar hasta que no haya una cama libre para mí… Para resumir, me tocó sufrir otro ciclo nocturno – y ya van tres consecutivos. No obstante, la parte positiva de este ciclo es que gracias a mi pataleta – una vez más, el famoso “quien no llora no mama”- el personal del ICO me propuso una solución fabulosa: la próxima vez me ingresaran al día siguiente de la visita con el médico, pero comenzaré el ciclo en el hospital de día. Más tarde, cuando se liberase una cama, ya podría pasar a hospitalización y acabar allí el rato que me quedase, de tarde pero no de noche. De tal forma seré capaz de descansar medianamente bien… ¡finalmente!

Bueno, explicados los embrollos burocráticos, pasemos a algo más interesante. En este ciclo me bajaron la dosis de etopósido otro 20%. Parece ser que su toxicidad es muy alta -eso me lo creo- y que dentro del protocolo están permitidas hasta dos reducciones de la dosis este medicamento antes de su completa eliminación del tratamiento, en caso de que las neutropenias persistieran. Para ser franco, tras cada ciclo me siento “menos mal” -que no es lo mismo que mejor- y los efectos de la resaca tardan menos en desaparecer. Estoy muy contento por ello, pues eso significa que puedo aprovechar un poco más el tiempo entre ciclos y hacer tonterías de éstas que tanto me gustan (la figura inferior es una fiel muestra representativa).

¿Por qué pedir trillones cuando se pueden pedir… BILLONES? Todavía queda algo de tiempo de mejora para esa ceja y el guiño maligno, ¡juas!

Por otra parte, también he retomado los baños de sales -osmosis percutánea, como bien describe el Dr. Martí Bosch en el VIDEO que posteé hace algún tiempo- en la bañera de casa de mis padres. Como ya os conté, tuve que dejarlos porque la falta de oxígeno me provocaba lipotimias. Ahora que ya voy mejor, me meto en remojo una horita con agua caliente y 2kg de sal de cocina y me relajo como nunca y sabiendo que estoy contribuyendo a la alcalinización de mi cuerpo.

Nada más por el momento. Una vez más agradecer a los amig@s, compañer@s, y otras personas que han retomado o realizado por primera vez una donación de sangre (amb una vegada no n’hi ha prou!). Un amigo que va a ser papá dentro de poco me propuso hacerme las pruebas de compatibilidad para donarme el cordón umbilical (células madre) de su futuro hij@. El acto es un muy bonito gesto de generosidad y de amistad, pero para mí no sería útil. Hay otras personas en el mundo, entre ellas gente con leucemia, que probablemente se puedan beneficiar de este gesto altruista. Gracias de todo corazón, Víctor!

¡Ah! ¡Antes de que se me olvide! Gracias a todos los que habéis hecho una donación a la Fundación Alba Pérez. ¡Bienvenid@s, nuev@s Alber@s! ¿Sabíais que en la declaración de la renta Hacienda os devolverá el 75% de los primeros 150 € donados? No es algo que me haya inventado yo, lo dice la Asociación Española de Fundaciones, a la que cito textualmente:

Deducción. Los contribuyentes del IRPF tendrán derecho a deducir de su cuota íntegra el 75 % de los primeros 150 euros donados o de los bienes o derechos donados hasta el valor de 150 euros, calculado conforme a las reglas de valoración de la ley. Los 150 primeros euros son los que el contribuyente decida respecto del total de las donaciones que haya realizado en el mismo ejercicio a una o varias entidades, sin que tengan que ser los primeros 150 euros en el tiempo. El resto de la donación o de las restantes donaciones que superen los 150 euros darán derecho a deducir de la cuota íntegra el 30 % del importe donado o del valor de los bienes o derechos donados.

Venga, ¿y ahora qué? Sabiendo esto, ¿todavía os cuesta dar el paso? Por daros un ejemplo: 10€ al mes de donación son 30 céntimos al día. Por favor, si un paquete de tabaco cuesta entre 4 y 5€… Pues 10€ durante 12 meses son en total 120€ de los que hacienda reembolsa 90€. Es decir, al final el esfuerzo que hay que hacer para salvar vidas inocentes y ayudar a gente es de 30€ (o 2.5€ al mes). Eso es sólo un ejemplo. ¡Gracias Ángel por recordarme este punto!

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http://fundacionalbaperez.org/unete

Para acabar, querría agradecer a mis enfermeros y auxiliares del ICO Ernest, Pol, María, Nuri, Cristina y a la responsable de enfermería de planta Sonia, por ayudarme a encontrar una solución a mis problemas de horarios. Lo siento por los doctores, pero si queréis aparecer por estos lares más a menudo, tendréis que decirme vuestros nombres de pila en lugar de vuestro primer apellido a velocidad de vértigo.